Respeta tu rol: no eres la madre de tu esposo ni la salvadora de tus hijos
Muchas mujeres maduras viven agotadas sin entender por qué.
No es solo edad, ni hormonas, ni exceso de responsabilidades.
Es confusión de roles.
Cuando maternas a tu pareja o rescatas constantemente a tus hijos, tu sistema nervioso entra en alerta permanente. El cuerpo no descansa cuando siente que todo depende de ti.
No eres la madre de tu esposo.
No eres la salvadora de tus hijos.
El amor adulto no controla, no invade, no resuelve por otros.
Acompaña, confía y pone límites claros.
Respetar tu rol no es egoísmo.
Es salud emocional y neurológica.
La verdad incomoda. Pero ordena.