🔥¿Fogata o apagón? La verdad incómoda sobre el deseo sexual en la menopausia
Hay mujeres que en la menopausia sienten que les hierve la sangre y otras que ni con fósforos se prenden. Ambas están bien. Ambas necesitan ser comprendidas.
El cuerpo no miente, pero cambia de idioma
La menopausia no solo toca las hormonas, también golpea la puerta del alma. Y lo hace con una sola pregunta:
¿Qué quieres ahora?
Porque lo que querías antes —sexo frecuente, validación erótica, orgasmos como medida de autoestima— puede que ya no tenga el mismo sentido. O sí.
Y ahí empiezan los dos extremos de una misma cuerda caliente:
🔥 Mujeres que se sienten más sensuales, libres y hambrientas que nunca.
❄️ Mujeres que no quieren saber nada del tema y prefieren una buena siesta a cualquier arrumaco.
¿Y sabes qué? Ninguna está rota. Ninguna necesita arreglarse. Solo necesitan escucharse.
🔥 Polo 1: La llama que se enciende
Hay mujeres que dicen:
—"No sé qué me pasa, pero siento que estoy en mi mejor momento sexual."
¿Y por qué no?
Ya no hay miedo al embarazo, ya no hay que cumplir con nadie.
Ahora hay más tiempo, más consciencia corporal, menos vergüenza.
La piel pide, el cuerpo goza sin prisa, y el alma dice "sí" solo si le nace.
Pero, atención, no es que ahora el sexo sea perfecto. Es que ya no necesitas que lo sea.
Te das permiso de explorar. De sentir. De no rendir cuentas.
El fuego se vuelve sagrado. No por lo que das, sino por lo que te enciende desde adentro.
❄️ Polo 2: La libido que se esconde
Y luego están ellas.
Las que dicen:
—“Mi cuerpo cambió y mi deseo también. No tengo ganas, y eso me preocupa.”
Tranquila.
Eso no significa que se acabó tu vida sexual. Significa que se transformó.
El estrógeno baja, sí. El cuerpo duele, también.
Y la vida emocional muchas veces está hecha un caos: padres enfermos, hijos que se van, una relación que cruje…
¿Cómo vas a tener deseo si estás apagando fuegos todo el día?
Pero aquí viene la comprensión: el deseo no ha muerto. Está hibernando.
A veces necesita otros caminos. Más lentos. Más tiernos. Más tuyos.
🚪El problema real: la comparación y la vergüenza
Nadie te lo cuenta, pero muchas mujeres se sienten defectuosas por estar “muy calientes” o “demasiado frías”.
Y eso sí que mata el deseo: la culpa, la duda, el juicio propio.
Tu cuerpo no es el enemigo.
Es la brújula que te está diciendo hacia dónde girar.
Entonces, ¿qué hacer?
Si estás en modo volcán: Explora. Celebra. Protégete emocional y físicamente. No todo el mundo merece tu fuego.
Si estás en modo hielo: No te exijas. Duerme, cuídate, habla. A veces el deseo vuelve por otra puerta: una mirada, una caricia, una conversación contigo misma.
En ambos casos: Respeta tu verdad. Y si hay pareja, háblenlo sin drama. Si no hay, escúchate más fuerte.
VerstatBE dice…
Tu cuerpo cambia. Tu deseo también.
Pero el poder sigue ahí.
Solo necesitas reconocer en qué estación estás y hacer las paces con tu fuego o tu invierno.
La sexualidad en la madurez no se mide por la frecuencia, sino por la autenticidad.
Así que no te compares. No te niegues. Y sobre todo, no te apagues.